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Según el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, la sequía es un fenómeno natural que forma parte de la variabilidad del clima, pero que se ha agravado por el cambio climático y el uso insostenible de los recursos hídricos.
En lo que va del 2024 ha sido una de las más severas de los últimos años, afectando a diversos sectores económicos y sociales.
La escasez de agua ha impactado especialmente a la industria, que depende de este recurso para sus procesos productivos, de abastecimiento y de refrigeración.
Algunos de los estados más afectados por la sequía son la Ciudad de México, Jalisco, Michoacán, Nuevo León y Sonora, donde se concentran importantes actividades industriales como la manufactura, la minería, la energía, el turismo y la agricultura.
La falta de agua ha provocado la paralización de algunas actividades económicas, la reducción de la calidad y cantidad de los productos, el aumento de los costos operativos, el deterioro de la infraestructura, el riesgo de incendios y la pérdida de competitividad.
Además, la sequía ha generado problemas sociales como el desabasto, el racionamiento, el encarecimiento y la contaminación del agua, afectando la salud y el bienestar de la población.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, se esperan lluvias fuertes y caída de nieve en algunos estados del norte y occidente del país, así como vientos fuertes y oleaje elevado en las costas del Pacífico. Sin embargo, estas precipitaciones no serán suficientes para revertir la situación de sequía que se vive en gran parte del territorio nacional.
Ante este escenario, es fundamental que la industria mexicana adopte medidas de prevención y mitigación de la sequía, para proteger sus empleados, sus activos y su rentabilidad.
Algunas de estas medidas son:
– Implementar sistemas de captación, almacenamiento, tratamiento y reutilización de agua de lluvia, aprovechando las temporadas de precipitación.
– Realizar auditorías e inspecciones periódicas de los equipos, instalaciones y procesos, para detectar y reparar fugas, desperdicios y fallas que puedan comprometer el uso eficiente del agua.
– Invertir en tecnologías y maquinarias que optimicen el consumo de agua, reduciendo la cantidad y la presión requerida, y mejorando el rendimiento y la calidad de los productos.
– Capacitar y sensibilizar al personal sobre la importancia de la conservación del agua, fomentando una cultura de ahorro y responsabilidad ambiental.
– Establecer planes de contingencia y respuesta ante situaciones de emergencia, como cortes de suministro, incendios o inundaciones, que puedan afectar la continuidad de las operaciones y la seguridad de los trabajadores.
La sequía que azota a México en el 2024 ha tenido graves repercusiones en los estados de la República, tanto en el ámbito económico, social y ambiental.
La disminución de la producción y exportación de productos agrícolas, como el aguacate, que se ha visto afectado por la falta de agua y ha reducido su envío al mercado estadounidense, especialmente para el evento del Super Bowl.
Esta situación ha golpeado principalmente a los estados de Michoacán y Jalisco, que son los principales productores de este fruto.
El aumento de los precios y la escasez de alimentos básicos, como el maíz, el frijol y el trigo, que han impactado en la seguridad alimentaria y la inflación de la población, especialmente de las zonas rurales y marginadas.
Los estados de Oaxaca, Guerrero y Chiapas son algunos de los más vulnerables ante esta problemática, debido a su alta pobreza y dependencia de la agricultura de subsistencia.
La afectación de la infraestructura hidráulica, como el canal de Panamá, que ha sufrido una reducción de su capacidad operativa por los bajos niveles de agua, lo que ha repercutido en el comercio internacional y la competitividad de México.
Los estados de Sinaloa, Sonora y Baja California son algunos de los más afectados por esta situación, ya que dependen del canal para exportar sus productos agrícolas e industriales.
El deterioro de la calidad y cantidad del agua disponible, que ha provocado problemas de salud, como enfermedades gastrointestinales, infecciones de la piel y deshidratación, así como conflictos sociales por el acceso y distribución del recurso.
Los estados de Ciudad de México, Estado de México y Querétaro son algunos de los que enfrentan mayor estrés hídrico, debido a su alta densidad poblacional y demanda de agua.
El incremento del riesgo de incendios forestales, que han devastado miles de hectáreas de bosques y selvas, afectando la biodiversidad, el equilibrio ecológico y la captación de carbono.
Los estados de Chihuahua, Durango y Coahuila son algunos de los que han registrado mayor número de incendios, debido a las altas temperaturas y la sequedad del suelo.
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El agua es un recurso escaso y valioso, por lo que es importante almacenarla de forma adecuada para evitar su contaminación y desperdicio. Algunas recomendaciones para almacenar agua correctamente son:
Consiga un contenedor que ofrezca seguridad y limpieza según sea el uso que se dará al agua.
Es importante definir lo antes mencionado ya que no es lo mismo utilizar agua para riego o agua para la elaboración de químicos y alimentos.
– Lave bien y desinfecte el recipiente donde va a almacenar el agua con detergente y cepillo.
– Nunca almacene agua en recipientes que hayan sido usados con insecticidas o sustancias químicas peligrosas, incluso si los ha limpiado.
– Almacene agua en tanques de polietileno de alta densidad. Jamás utilice envases de metal, ya que se corroen muy rápido y esto corre el riesgo de contaminar el agua.
– Todos los envases deben tener una tapa ajustada, si los deja sin tapar está invitando a los hongos y el limo a multiplicarse y a los mosquitos a que hagan una fiesta, pongan sus larvas allí y se siga propagando el dengue y el chikungunya.
– Almacene el agua siempre bajo la sombra y nunca expuesta al sol. Si el agua estará bajo el sol, asegúrese de que el contenedor tenga alguna protección UV o sea de color oscuro. Esto evitará la filtración de los rayos de sol y generación de fauna o flora dañina.
– Mantenga el tanque, cisterna o recipiente herméticamente tapado.
La sequía es un desafío que requiere de la colaboración y el compromiso de todos los actores involucrados, desde el gobierno, hasta la sociedad civil y el sector privado.
Solo así se podrá garantizar la disponibilidad y el acceso al agua, un derecho humano y un recurso vital para el desarrollo sostenible del país.
Mantente informado con más al respecto, visitando nuestro blog.
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